viernes, junio 02, 2006

La Revolución de los Pingüinos: Otra vez en mayo.









“...No tan solo estamos peleando como estudiantes sino que como seres humanos, cachai?...”
(Marcos Cortez, vocero de la, Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios, ACES.)


El Escuchar las consignas y los gritos de protestas de nuestros jóvenes en las calles de todas las ciudades del país y de Puerto Montt, nos obliga a hacer un recordatorio de algunos aspectos de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza, Publicada en el Diario Oficial el día 10 de marzo de 1990, cuya fecha, todavía a muchos nos parece una burla, pues claramente los sectores mas reaccionarios de la sociedad chilena, con mano ajena publican una ley a dos días de asumir el entonces Presidente Patricio Aylwin Azocar.

En esta Ley, se produce un cambio sustantivo del rol del Estado en Educación, pasando del concepto de Estado Docente al de Estado Subsidiario, cuyos resultados prácticos son la fragmentación e inequidad del sistema educativo.

Pero además, cambia el objetivo fundamental que tenía la educación: la formación de un ser humano íntegro y armónico -un ciudadano- por la de un recurso humano funcional a la producción y la competencia -un consumidor-.

Y termina por cristalizarse la concepción del docente como un ejecutor, o un instrumento para el desarrollo de este fin.

Otro de los aspectos perversos de la LOCE, es que incorporó, por una parte, el financiamiento vía subvención por asistencia promedio por alumno y por otra, la entrega de recursos fiscales a sostenedores particulares subvencionados, que lucran con los recursos públicos, sin mecanismos de control, suficientes, lo que, nuevamente, atenta contra el desarrollo y la calidad de la educación pública.

Así mismo, otro elemento distorsionador incorporado al sistema educativo, es la ley de Financiamiento Compartido, que permite a los establecimientos de educación básica particulares subvencionados y a los establecimientos de educación media, tanto particulares, subvencionados y municipales, cobrar legalmente a los apoderados una suma de dinero, consolidando procesos de segregación y segmentación estructural en el sistema escolar.

Se ha introducido, así, al mundo de la educación, con más fuerza, la lógica de consumo y los prejuicios de clase, absolutamente contradictorios con una educación sustentada en los valores de la solidaridad, la tolerancia y la igualdad, todos valores que la Reforma Educativa y el País asumen como propios.

La aplicación de la prueba SIMCE, que debiera reflejar los grados de avance o retroceso en la calidad de la educación y permitir que los “clientes, los padres”, puedan decidir, en qué establecimiento ponen a sus hijos para recibir una mejor calidad educativa, pero a este respecto, se mantienen dos problemas principales. Primero, la tendencia a mantener una visión estrecha y reduccionista respecto de la calidad de la educación, a partir de este instrumento de evaluación ya que lo que se evalúa en esta prueba es el logro de ciertos objetivos de aprendizaje, posibles de ser medidos y estandarizados, en determinadas áreas; y sólo eso.

Segundo la prueba SIMCE, ha terminado siendo un instrumento de ranking de mercado de los establecimientos educacionales, generando una mirada que daña la educación pública, y niega la igualdad de oportunidades para todos los niños y niñas chilenas; no solo porque estigmatiza a la gran mayoría de establecimientos de sectores populares y municipalizados, que son los que no discriminan a sus alumnos, como porque cada vez más, se impulsa a los colegios a seleccionar y discriminar alumnos, para dejar a los mejores en sus establecimientos, y de ese modo, tener mejor imagen y competir de mejor manera en el sistema educativo, esto produce una desviación importante en los indicadores de rendimiento, en especial en los colegios municipales que se van quedando con los niños de menos recursos y de más dificultades de aprendizaje y rendimiento.

La Jornada Escolar Completa es un requerimiento de nuestro sistema educativo para avanzar en una educación de mayor calidad y equidad.

Fue propuesta por el Colegio de Profesores, pero sigue siendo una propuesta curricular que orienta y fortalece aquellos aprendizajes que permiten al sujeto insertarse en el mercado laboral, olvidándose de aquellos fundamentales relacionados con la formación social más amplia y perdiendo su sentido ético y democrático.

Estoy convencido que la educación no debe estar solamente al servicio de las necesidades y requerimientos del sistema productivo. La escuela no puede dejar de satisfacer necesidades de aprendizaje de carácter cultural, social y ético.

A las habilidades, competencias y necesidades de desarrollo del individuo, asociadas a la autonomía, a la creatividad, a la capacidad de indagación y de pensar, podríamos promover transformaciones educativas que favorezcan procesos de aprendizaje que contribuyan a formar sujetos críticos, reflexivos, capaces de relacionarse de manera distinta con el conocimiento y con el mundo global, con la capacidad de comprender, explicar y criticar su realidad, fortaleciendo la capacidad de relacionarse con otros, con estricta valoración y respeto a la diversidad.


Y estas nuevas habilidades, son las que tienen internalizadas nuestros pingüinos, nuestros dirigentes secundarios, que se han tomado el futuro del país de un sorbo, demostrando una capacidad de organización y de conectividad jamás vista, pues esta generación, ha sido criada en democracia, escuchando, los discursos democráticos y se han tomado la palabra, llamando al sistema educacional por su nombre.

Los estudiantes secundarios, y su rebelión de los pingüinos, nos han puesto frente a una oportunidad histórica; Derogar la LOCE, una ley que ha generado procesos discriminatorios y segregadores, para abrir paso a procesos de mayor igualdad e integración social y derrotar una de las leyes que ha condenado a varias generaciones de jóvenes a la pobreza y a la falta de oportunidades, por una deficiente formación y educación para la vida.

Por eso saludamos con orgullo a nuestros hijos porque no sólo nos han demostrado que esta generación de jóvenes de entre 13 y 18 años ha resistido a la manipulación del sistema educativo, sino que nos dan una lección de equidad y de solidaridad con su movimiento estudiantil, que expresan a través de sus ansias de justicia y de la necesidad de transformaciones radicales en la educación chilena, y ellos, los hijos de la democracia, reclaman con toda la legitimidad que les da el futuro que les pertenece.

La Rebelión de Los Pingüinos, nos entrega la oportunidad de remecer los cimientos de la convivencia ciudadana y nos permite avanzar hacia modelos de convivencia distintos y a relaciones sociales más decentes y fraternales.

Esta rebelión nos deja abierta una puerta, los pingüinos secundarios, no están solos, viven hace rato en la conectividad total con el mundo y entre ellos mismos. Navegan, se comunican a través de diversos medios de comunicación, en la red; Chat, conversaciones instantáneas, en Messenger, se fotografían y se conocen a través de sus fotologs, leen sus opiniones y comentarios de sus viajes por la red, en sus blogs, en sus paginas para el posteo juvenil, todos instrumentos utilizados como ventanas de comunicación total, con los que llegan a cada uno de sus compañeros y a cada uno de los liceos de Chile y del mundo, demostrándonos un nivel de organización, de aprendizaje y de conocimiento sorprendente, y la primera lección que nos dan en las calles, es que el margen, puede ser el centro y el problema principal es que nosotros, los mayores, no nos hemos dado cuenta de su desarrollo y de su crecimiento.

En las palabras dichas por Marcos Cortez, dirigente de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios, ACES, se puede resumir la demanda de los estudiantes secundarios; “…no solo estamos hablando de estudiantes secundarios sino que lo mas importante es que estamos hablando de seres humanos…”, seres humanos que no tienen la suerte de tener a padres que les permitan estudiar en colegios particulares, de alto estándar, de eso hablamos de niños y jóvenes que se han cuestionado y han asumido una posición frente al mundo y que han salido a buscar su verdad, con la convicción y la certeza de que su lucha es justa y que representan a miles y millones de jóvenes, que saben, que después de ellos, retomarán la tarea otros para seguir adelante y veremos su huella interminable en los próximos años y conoceremos su trayectoria marcada en la conciencia del pueblo, porque la lucha de hoy siempre es semilla de futuro.