sábado, septiembre 24, 2005

Hay que amarte cuerpo de mujer atormentado


“Hay que amarte cuerpo de mujer atormentado,
esta piel suave escarnecida y transparente,
casi sólo alma entre las emboscadas.
Hay que ser capaz de recoger
los trozos de carne desparramados,
y quitárselos al viento,
para que el aire sólo lleve en sus manos
de todas ellas su perfume”
(verso anonimo, para cualquier día)

El día viernes a las 19:00 horas, junto a muchos y muchas otras, estuve, como antes, clamando y declarando con nuestra presencia, nuestro amor por la vida, por la dignidad de las personas y por que hagamos del mundo un mundo mejor,un mundo decente para todos y para todas.

Allí estuve, sobrecogido por la fría tarde y los cuestionamientos que nos surgen de la modesta acción de acompañar a los miembros de la agrupación ciudadana "Francia Jara Peña", en silencio, discretamente, como un tributo a la luz que nos dejó Francia Jara , con su tragedia silenciosa, como la de cientos de mujeres.

Llegué a casa y una muy querida amiga me habia enviado este relato de los hechos a través de mi correo electrónico y que comparto hoy con ustedes y con quienes entienden que luchar por los mas altos valores humanos no tiene mas armisticio que la muerte, ni son moneda de cambio por intereses menores.

Bueno aqui está, espero que se sumen al repudio, de un sistema judicial, en donde no hay lugar al asombro y demasiado lugar a la impunidad.

Hace cuatro años atrás Francia Jara Peña fue asesinada a golpes por su
pareja Marcos Verdugo Oliva, ambos eran funcionarios del poder judicial en
la ciudad de Castro y desempeñaban funciones el tribunal de menores de esta
ciudad. A su Verdugo no le importó que ella estuviera embarazada y que solo
faltaran dos meses para que naciera su hijo. La golpeó hasta matarla.
Actualmente tiene bajo su cuidado al niño. Fue premiado con un ascenso
laboral y trasladado a la ciudad de Puerto Montt, donde comenzará a ejercer
sus funciones en los Tribunales de la Familia que comenzarán a funcionar
prontamente.

Por estos días en que se cumple un año más de la silenciosa muerte de
Francia la ciudadanía sale a las calles a demandar explicaciones y a hacer
ruido. Igual que hace años atrás, cuando algunas todavía éramos niñas, las
mujeres se toman la calle, pero esta vez algo es diferente, las mujeres ya
no salen de las cocinas. Hoy, las mujeres salimos desde nuestras
organizaciones, desde nuestros trabajos, desde nuestras oficinas, desde
nuestros barrios, desde la institucionalidad pública y privada, desde la
conciencia ciudadana que exige a gritos justicia por Francia y por todas
nosotras mujeres potenciales cuerpos embarazados y golpeados hasta la
muerte.

Hoy, cuando está llegando la primavera, ya no somos niñas y podemos
tomarnos las calles.

Ya no somos niñas, ya no somos niños...Los esperamos.

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