viernes, abril 21, 2006

Sobre el terminal petrolero de Puerto Montt


Si observamos por un instante y nos damos un poco de tiempo para reflexionar, con sentido crítico y común sobre el proceso de salida de los estanques de petróleo desde el sector Egaña de nuestra ciudad, nos daremos cuenta que, en primer lugar, parece necesario compartir la tarea con especialistas, que nos ayuden a comprender mejor los riesgos y las oportunidades que como ciudad enfrentamos, en el entendido que nuestro bien superior es, el bien general, el bien mayoritario, nuestro bien común.

Así, en consulta con técnicos, especialistas, profesionales y personas de nuestra comunidad, quiero entregar a través de esta declaración pública, mi opinión.

Al Respecto y de acuerdo a lo que se a informado a través de la prensa y en documentos de carácter público, indico los siguientes aspectos necesarios de considerar, para saber a que atenernos.

El Terminal Petrolero, esta planteando que usará una metodología como la de la que actualmente utiliza el Proyecto de las Salinas, en la V Región, experiencia que no ha arrojado ningún resultado, aún, pues son las primeras dos experiencias de este tipo de tratamiento, en Chile y son distintas, básicamente por el emplazamiento, el tipo de suelo, el tipo de urbanización aledaña, las filtraciones, entre otros aspectos que hacen diferentes estos estudios, pero además y de acuerdo con la experiencia de Las Salinas, es necesario tener presente los siguientes aspectos que hemos analizamos y que aquí expongo:


El modelo RBCA Toolkit, empleado para el proceso de abandono de los estanques, corresponde a una tipo de modelos que ayudan a la toma de decisiones. Este modelo, forma parte de las corrientes modernas en remediación de terrenos y está basada en la eliminación del riesgo, entonces es un modelo de toma de decisiones basada en el riesgo. Es decir, lo que se busca es "eliminar el riesgo de que un ser humano se exponga a niveles de contaminación excesivos”. No pretende descontaminar. Pues se podría eliminar el riesgo de contaminación humana en un territorio, con solo prohibir el uso de ese suelo contaminado. Aquí no se necesita realizar ninguna acción, pues por la vía administrativa se elimina el riesgo al prohibir su uso, por lo cual es necesario estar atento con este aspecto.

Si por lo tanto se decide aplicar esta metodología y se decide asignar un uso al suelo o al agua, como lo plantea la municipalidad y en general nuestra comunidad, está entonces debes resolver dos temas:

Que uso le vamos a asignar a este terreno, o recurso hídrico, o a ambos.

Aquí vale la pena un paréntesis, un espacio en donde junto con la comunidad abramos una conversación respecto del destino de este suelo, pues definiendo su uso futuro, para ese uso futuro que requiere la ciudad se deberán establecer los métodos y metodologías de remediación y evitar el interés de anticipar metodología que le asignen de partida un uso de menor intensidad y por lo tanto unas soluciones de más bajo costo y de rápido olvido.
Más bien lo que nos debe mover es el interés de nuestra comunidad en una mirada más prospectiva.

Una vez que tengamos claro ese uso o esos usos, porque pueden ser uniformes o mixtos, debemos asignar un nivel de riesgo aceptable a los intereses en primer lugar de nuestros vecinos del sector de los estanques, y para los intereses de la ciudad en su conjunto representado en este caso por su Municipio. Esto es clave pues define cuanto es lo que tenemos que sanear.

Al respecto, los niveles de riesgos internacionalmente aceptables varían entre 10-4, 10-5 y 10-6, lo que significa que estaremos dispuestos a aceptar un riesgo de muerte de 1 persona entre cada 10.000; o de 1 persona entre cada 100.000 o 1 persona entre cada 1.000.000. Entonces para tenerlo claro, si elegimos el primer nivel de riesgo, significa que la remediación será menos que si hubiéramos elegido el tercer rango de riesgo.

En el caso de Las Salinas, se aceptó el valor de rango de riesgo intermedio. En estos valores se puede también hacer una diferencia y aceptar valores más rigurosos en caso de elementos cancerígenos y menos rigurosos en el resto.

Respecto del uso definido, este puede ser uniforme, lo que significa que si se define para uso habitacional, al realizarse la remediación, todo el sitio queda habilitado para habitacional, pero no para uso de Parques y Jardines porque este último exige valores más conservadores, pues supone contacto directo de las personas con el terreno contaminado, a diferencia del uso habitacional en el que existe un piso permanente entre las personas y el terreno, al menos en el área construida.

Establezco la anterior descripción porque si suponemos que establece un “acuerdo” con las empresas petroleras y las instituciones competentes, para que puedan sanear el terreno sólo para fines habitacionales, será el municipio quien cargará los costos de sanear con un mayor indicador de riesgo, si después se quieren incorporar parques o jardines.


Esto tiene varias aristas y probablemente será necesario buscar un punto de equilibrio, un punto de acuerdo que concilie los intereses comunitarios y los intereses de cumplimiento de la norma por parte de la empresa.

Dicho todo lo anterior, las petroleras pueden presentar al SEIA las siguientes alternativas:

La recuperación del terreno contaminado, asignándole un uso. Para estos efectos, se debe tener en cuenta que el titular solo se vincula con el terreno en donde estuvo emplazado el Terminal Petrolero (TP), dejando fuera el área que abarca la contaminación (sitios vecinos). Además el SEIA solo puede hacerse cargo de los impactos ambientales que puedan tener las obras o acciones que se realicen para la descontaminación del terreno, cuyo objetivo es dejarlo habilitado para el uso que se le asignó.
Es decir, el proyecto sometido al SEIA, no se puede inmiscuir en la contaminación que vaya más allá de la recuperación que se le da a los terrenos. Finalmente el terreno queda habilitado para ese uso específico y no otros.

Las petroleras pueden presentar la recuperación del sitio contaminado. La diferencia con el anterior, está en que el sitio incluye los terrenos de los vecinos y se hace cargo de su remediación, pero solo para el uso asignado. En lo demás es idéntico al punto anterior.

Finalmente, si lo que quiere la autoridad ambiental (COREMA) es que las petroleras se hagan cargo de la contaminación generada y no ingrese como modificación del proyecto original, el único camino posible es la presentación en los tribunales de una demanda por daño ambiental, daño ambiental que esta fehacientemente acreditado y con claros culpables. Al respecto tendrán la palabra el propio Municipio o el Consejo de Defensa del Estado, (CDE).

Sin embargo el CDE le debe una explicación a la comunidad, pues aún no sabemos si se han presentado las demandas judiciales por daño ambiental en la zona aledaña al Puerto Petrolero, o en los Silos de la molinera hacia la costanera o del Oleoducto que cruza el sector bajo tierra y sale en plena Caleta Pichipelluco en el Estuario del Reloncaví.

En orden a lo anterior y en virtud a los 46 años de emplazamiento y peligro para los vecinos del sector, es que hago un llamado a las petroleras para que abandonen el enfoque de riesgo, y presenten el proyecto que corresponde, que es el terminal petrolero en su fase de abandono y no sólo la descontaminación del suelo. Es decir, sometan al SEIA la modificación de la fase de abandono de su Proyecto Puerto Petrolero, que no ingresa como saneamiento y en el contexto del SEIA el proyecto se haga cargo de sanear y descontaminar toda el área contaminada, como debe ser.

Desde esta perspectiva las empresas petroleras deben levantar todas sus instalaciones y sanear todos los suelos, sin exclusión.

Termino indicando que presento estos elementos de juicio y de discusión a la comunidad porque creo firmemente que la comunidad debe estar informada en detalle de los riesgos que existen y de las opciones que la autoridad competente puede tomar, es decir la Corema y los servicios públicos a quienes les exigimos ser celosos defensores del interés comunitario y no de los intereses del crecimiento económico, es necesario poner limites éticos y valóricos a la búsqueda de la maximización de la ganancia del mundo empresarial, para que no castigar a la ciudad de Puerto Montt, a sus vecinos y a sus hijos a la pérdida y a la exposición de un terreno contaminado por siglos y lo que es más importante, a sentar un sólido precedente que ponga en el centro de estas discusiones, a las personas y a la naturaleza, pues lo que decidamos hoy será utilizado en el país y en el mundo como modelo de descontaminación, mismo que asegura avanzar de verdad en los procesos del tipo de desarrollo sustentable que requerimos.

Finalmente solicito que, el municipio establezca para este seccional un uso de alto rango de exigencia ambiental, para que cualquier niño pueda jugar allí sin ningún riesgo para su salud, e insistir en que se presente como Proyecto de Abandono del Puerto Petrolero y no de presentación de un estudio de descontaminación de un área determinada del suelo que por 46 años ocuparon sin restricciones.

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